Integra la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) y como referente de la Red que agrupa a unos 35 sindicatos, empleadores y Estado, participó de la última reunión de la OIT donde se aprobó “por mayoría abrumadora” un Convenio que deberá ser refrendado por el Congreso.

El viernes 21, la Conferencia Internacional del Trabajo adoptó un nuevo Convenio y una Recomendación complementaria para enfrentar la violencia y el acoso en el lugar de trabajo. Fue en Ginebra, en el último día de reunión, justo en el año en que el organismo internacional celebra sus cien años.

La aprobación se produjo al cabo de un arduo trabajo en comisiones, de las que formó parte -junto a referentes de la delegación santafesina y representantes de todo el mundo- Romina Carrara, integrante de ATE que a su vez forma parte de la Red Sindical por Ambientes de Trabajo Libres de Violencia.

Ya de regreso, Carrara realizó una evaluación sobre el debate, el acuerdo aprobado, sus efectos y el trabajo que ya se viene realizando en Santa Fe sobre esta materia.

¿Cómo se incorporó el tema de violencia laboral en la cumbre de la OIT?

Las campañas mundiales emprendidas por medio de las redes sociales contra la violencia y acoso en perjuicio de las mujeres (#MeToo, #YoTambién y #NiUnaMenos) reflejan la urgencia que reviste la discusión sobre violencia y acoso, así como su pertinencia para el mundo del trabajo. La violencia y el acoso no deben aceptarse nunca como parte del trabajo. Tampoco debe tolerarse que el silencio de las víctimas sea el precio para conservar su trabajo.

El antecedente es una Resolución relativa a la igualdad de género como eje del trabajo decente que fue adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en 2009, en la cual se pedía la prohibición de la violencia de género en el lugar de trabajo así como la adopción de políticas, programas, leyes y otras medidas para prevenirla.

En su reunión 325° (2015), el Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo aprobó inscribir en el orden del día de la 107° reunión (junio/2018) de la Conferencia Internacional del Trabajo (CIT) un punto sobre “La violencia hacia hombres y mujeres en el mundo del trabajo” con miras a la elaboración de las normas que se aprobaron por mayoría abrumadora (439 votos a favor, 7 en contra y 30 abstenciones) el viernes pasado.

En el proceso del Convenio contra la violencia y el acoso en el mundo del trabajo se optó por la vía de la doble discusión. En un principio se decidió que la primera discusión tuviese lugar en 2018 y la segunda en 2020. Debido a que este año se celebra el centenario de la OIT se modificó esa decisión al considerar la importancia que tiene este convenio cuya existencia no debería retrasarse más.

¿Cuál es la experiencia sobre la que fuiste a exponer?

El trabajo desarrollado del tema en el marco del ámbito sindical al cual pertenezco, ATE, a partir de la cual se conformó la Red Sindical por Ambientes de Trabajo Libres de Violencia posibilitaron la participación en el grupo de Trabajadores de la comisión donde se discutió el texto del Convenio y Recomendación. La experiencia de la Red Sindical en este tema no tiene, casi, comparaciones en otros lugares del mundo ya que la misma se estructura con la dinámica tripartita donde participan sindicatos (más de 35 en la provincia de Santa Fe), empleadores y Estado.

¿Cuál es la realidad en otros países? ¿Abordan este tema de la misma manera?

En otros países no hay demasiado desarrollo en el tema. La realidad es que la iniciativa para dar con estos instrumentos, que al ratificarse por el parlamento argentino entrarán plenamente en vigor, surge principalmente del movimiento de mujeres ante la desprotección generalizada y la ausencia de instrumentos jurídicos en muchos lugares del planeta. En nuestro caso, contamos con leyes de protección a nivel nacional y provincial, lo que hace que nos encontremos, por decirlo de algún modo, más avanzados en términos de derechos. Las normativas internacionales vienen a poner una especie de “piso” de derechos en cada lugar del mundo donde se encuentre un trabajador o trabajadora; por ese motivo y por la diversidad cultural, política, social, económica, etc. es que la discusión de una normativa que sea abarcativa, general, amplia y lo suficientemente flexible como para que no pierda vigencia prontamente, resultó tensa en muchos momentos del trabajo en comisiones -que tuvo dos semanas de sesiones intensivas de 12 horas de trabajo-. A la vez que tensa y por momentos difícil, las partes involucradas en la discusión entendieron que lo prioritario era el acuerdo para poder arribar a la aprobación de este nuevo Convenio complementado por una Recomendación.

¿Qué cambió desde que se tiene el protocolo en la provincia?

El protocolo de actuación ante situaciones de violencia laboral de la provincia no tiene precedentes y ha sido puesto a disposición para que otras experiencias organizativas puedan tomar el modelo. De alguna manera, ordena y orienta acerca de los recursos con los que cuenta un trabajador o trabajadora de Santa Fe para acudir ante situaciones de violencia o acoso, a la vez que se convierte en un recurso privilegiado para que el tema pueda difundirse o darse a conocer generando en todas las partes involucradas un compromiso mayor en la resolución de las situaciones de violencia. La experiencia que protagonizamos con la Red Sindical de nuestra provincia nos coloca en un lugar avanzado en comparación con otras realidades y, paralelamente, nos obliga a la revisión permanente de todo el camino que hemos recorrido para poder adecuar nuestras acciones a las realidades que siempre son cambiantes y, muchas veces, nos exceden.

“ENORME TRASCENDENCIA”

La Defensoría del Pueblo de Santa Fe formó parte de la delegación provincial que acompañó a la comitiva argentina en la 108° Conferencia Internacional del Trabajo desarrollada en Ginebra (Suiza). “Se trata de un hecho de enorme trascendencia para el mundo del trabajo”, afirmó el defensor del Pueblo de Santa Fe y vicepresidente de la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO), Raúl Lamberto.

“El proceso ha llevado a discusiones intensas, pero muy respetuosas, reconocidas por todos los participantes”, dijo el defensor. Y agregó: “Entre otras cuestiones, en la comisión (de Acoso y Violencia Laboral) se hizo referencia en reiteradas ocasiones sobre la necesidad de avanzar hacia un trabajo decente, sustentable o sostenible, y que la violencia y el acoso laboral es un flagelo o padecimiento que afecta mayoritariamente a los grupos vulnerados: mujeres, grupo LGBTI, personas con discapacidad, adultos mayores, niñas, niños y adolescentes, y también a los pueblos originarios porque las condiciones no son iguales en todos los países”, agregó el defensor.

Fuente: El Litoral